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El templo de Santa María la Mayor de Baena acogía el Domingo de Resurrección el Pregón de la Romería de la Virgen de la Cabeza, que en esta ocasión estaba a cargo del iliturgitano Juan Antonio Rodríguez Ortega, quien sorprendía a los asistentes con un Pregón recitado en verso, cargado de rimas y sentimientos, momentos recitados exaltando las grandezas de la ciudad baenense y emocionando a los asistentes que aplaudieron hasta ocho veces el recital.
Envuelto en música de piano y creando una atmósfera poética, Juan Antonio Rodríguez subía al atril, una vez el secretario de la Cofradía filial hizo la presentación del pregonero para que tomara la palabra. Una poesía ensalzaba la devoción de Baena a la Patrona de Andújar, uno de los mayores piropos hacia los baenenses. Tras los aplausos, Juan Antonio saludaba al pueblo de Baena, devotos de la Morenita, a su presentador, autoridades, los presidentes de la hermandad filial, su pareja y a sus padres.
Tras el protocolo de presentación, Juan Antonio ya anunciaba que el pregón no iría encaminado a sus vivencias personales, sino que sería un baenero más, y metido en su piel, recorrería la distancia que separa dos tierras hermanadas, arropadas bajo el mismo manto y su devoción.
Y así fue, 35 minutos de puro sentimiento que Juan Antonio interpretó líricamente, aplaudido y ovacionado por su bien hacer al pueblo de Baena.
Juan Antonio dejaba atrás los gélidos días de invierno, y tras hacer de manera puntual un repaso a los días vividos en Baena en su Semana Santa, emprendía el camino hacia la ciudad de Andújar, sin olvidar el mar de olivos que rodea a Baena. La entrada a la ciudad iliturgitana y su ascenso al Santuario de sierra Morena era descrita entre rimas y versos. Presentación ante la Virgen, momentos de hermandad de la cofradía filial, la Magna procesión de la Morenita y su despedida, y como cierre de oro, Juan Antonio ponía en pie a los asistentes vitoreando a la Reina de Sierra Morena.
El presidente de la Cofradía filial de Baena nombraba al Pregonero Juan Antonio Rodríguez Cofrade de Honor, poniendo la medalla de la hermandad sobre su pecho y entregando una placa conmemorativa en por el Pregón recitado.
El alcalde de Baena hacía lo propio, y tras agradecer a Juan Antonio el lírico Pregón regalado a la ciudad, entregaba un Exvoto, símbolo de la ciudad y recuerdo del Ayuntamiento baenense.
El secretario de la Cofradía, Carlos Bernal, amigo del pregonero, daba las gracias enormemente, sabiendo que su Pregón sorprendería a todos los baenenses y estará siempre en el recuerdo de sus cofrades, el cual guardarán en su corazón.