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Blanco, bordado en oro y un Ave María coronada, así era el manto que cubría la bellísima talla de la Virgen de la Cabeza en Abril del año 2004. En los días previos se procedía al cambio de manto, el mismo que la Morenita luciera en la Romería del año que ahora recordamos. Un precioso manto blanco con el que miles de romeros y peregrinos se retocarían para ser bendecidos, un manto que retocaría cientos de prendas y objetos que los fieles lanzarían a la Virgen para ser bendecidos.
La Romería del año 2004, fue una de las más multitudinarias de los últimos años. El tiempo espléndido, con una Sierra Morena revestida de primavera y las tremendas ganas de volver a vivir la fiesta grande de Andújar, y estar junto a la Virgen Morenita el último domingo de Abril, hicieron que los caminos que nos llevan hasta la Reina de los Cielos se abarrotaran de peregrinos.
Los días soledados de Andalucía, realzaron más si cabe todos los actos que tradicionalmente se repiten la última semana de cada mes de Abril. Las solemnes vísperas abarrotaban los aledaños del Cerro de la Cabeza, entre un ir y venir de cofradías, redoble de tambores, banderas ondeando en el aire serrano, caballos y carretas, que al compás de sevillanas hacían más alegre la espera.
Eran las 12 del mediodía, cuando la Virgen de la Cabeza salía de su Real Santuario para ser paseada por Sierra Morena. Su rostro moreno resplandecía con el contraste del bonito manto que fue elegido para ser procesionada ese año. Un manto, que compone el rico vestuario de la Morenita.