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Blog personal devocional y cultural
Días soleados en las eternas llanuras, de labradas tierras, de esfuerzo y trabajo, de historias y leyendas... En la calurosa tarde de verano también se dibuja la silueta de la Virgen Madre y Reina, cuando cae el sol, cuando las vecinas valdepeñeras, sacan a la calle sus viejas sillas de mimbre y sentarse en compañía, para contemplar la tarde del pueblo, dejar pasar la vida entre historias de patios y corrales.
Voy caminando por el canal, donde tropiezo con la escuálida figura del hombre imaginado, que armado y acorazado, preside la vida en Valdepeñas, como ajeno al tiempo, buscando historias escritas por tan singular pluma de oro, Miguel de Cervantes Saavedra, quien tuvo el honor de inmortalizar uno de los acontecimientos sociales más importantes de la época, la Romería de la Virgen de la Cabeza, pregonando tan mágico lugar, tan bella Señora, su grandeza, tan multitudinaria fiesta.
Nos disponemos a cruzar la puerta de Andalucía, la que nos separa de las vecinas tierras de Castilla La Mancha. Los altos riscos, darían paso a las eternas llanuras de La Mancha, hasta llegar al pueblo de Valdepeñas. Sus calles vuelven a traerme el recuerdo de otro tiempo, momentos vividos que remueven mi sentimiento. Ando sobre mis mismas pisadas y golpea sobre mi mente el abrazo de sus gentes, las sonrisas, la complicidad... la hermandad.
Hoy vuelvo para ser capaz de reconciliar nostalgias y para ver fundido el sentimiento de dos pueblos, mi Andújar del alma y una tierra, que unida a la sencillez de su gente, me lo dio todo... Valdepeñas. Vuelvo para contemplar mi Virgen de la Cabeza; paseará por las calles valdepeñeras para renovar la fe de su pueblo, bendicirá el barrio de su mismo nombre, y el silencio primará en esos atardeceres que hoy vuelvo a vivir.
Calles manchadas de historia, de literatura y rica cultura. Tierra de labradores, de gente curtida por el pasar del tiempo, dejando en su rostro la señal de la sabiduría. Zurcos de fe, llanuras de devoción, cervantinas siluetas del Quijote solo rotas por los blancos molinos de viento. Valdepeñas, rica tierra de tradiciones unida a mi tierra y cobijadas por el mismo manto, el de la Reina y Señora de la Sierra Morena.
Miércoles 15 de Agosto, cae la tarde y nos dirigimos al barrio de la Virgen de la Cabeza, donde los vecinos del pueblo se van congregando para acompañar a la Virgen. La temperatura es agradable y el sol se esconde para dejar paso a las tímidas estrellas que salpican el cielo. La Imagen de la Virgen saldrá de una nave anexa a la Iglesia donde está durante todo el año. Los más pequeños vuelven a ataviarse con los trajes de su primera comunión para acompañar a la Virgen. Las mujeres se vestirán de mantilla y portarán pequeñas velas para desfilar en la procesión, que recorrerá toda la barriada de la Virgen de la Cabeza.
Un bonito paso portará a la imagen de la Virgen, que llevada a ruedas, y con un solemne silencio irá acompañada por una multitud de fieles entre las calles del barrio. Calles que esconden grandes caseríos, grandes corralones. Balcones engalanados para el gran día, y ahí están "las de las berenjenas", mujeres, que según cuentan los lugareños, hacen las mejores berenjenas aliñás. Esperan pacientemente el paso de la Santísima Virgen por su puerta. Agradables tertulias a la puerta de sus casas, sentados en sus sillas de mimbre, sin más grandeza que la paz y tranquilidad que dan sus calles.
La Virgen de la Cabeza luce un aterciopelado manto de color verde bordado en oro, con saya y vestimentas del Niño Jesús de color blanco también bordado en oro. Su rostro se dibuja en la lejanía, alumbrado por la luz de las velas y de los pequeños faroles que sirven de adorno junto a las flores. Abre el cortejo el estandarte de la hermandad, seguida de la junta directiva y una bandera bordada. El silencio se adueña del barrio al paso de la Madre del cielo.
Fue un cúmulo de sensaciones volver a Valdepeñas, esta vez más sentida, con un vivo recuerdo aún y con la ilusión de ver a la Imagen de la Virgen de la Cabeza que se venera en esta población, y ser partícipe de como se vive la devoción a la Patrona de Andújar, una fe que entrelazan con su manera de sentir y de entender la vida, junto a su Virgen... la Virgen de la Cabeza.