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Crujen cohetes en un cielo colmado de estrellas. El bonito pueblo cordobés de Baena, se convierte en un escenario de hermandad, con tintes folclóricos y sentimientos de fé. Sus estrechas calles constrastan con la luminosidad de sus históricas plazas, donde retumban el redoblar de los tambores, los ecos de los cánticos, palmas y vivas... acudimos pues, al emotivo paseo de la Virgen Morenita por las calles de esta milenaria población.
Anochece, y los últimos rayos de sol, iluminan las calles que serán testigo un año más del pasear de la Imagen de la Morenita que se venera en Baena. Tras la Misa celebrada en su honor, comienza a desfilar la procesión, un testimonio de fé que se mezcla con la cultura de un pueblo.
La banda de tambores y cornetas abren el cortejo, a la que seguía un gran número de devotos y devotas de la Reina de Sierra Morena que portaban velas, creando un ambiente de paz a su paso.
Fueron numerosas las cofradías que quisieron acompañar a la Cofradía de Baena en tan importante día, representaciones como Torres, Jaén, Rute, Alcalá la Real, Alcaudete, Mancha Real, Asociación peregrinos de Arjona, Córdoba, Cabra, Valenzuela, El Carpio, Colomera y la Cofradía Matriz de Andújar.
La nota musical corría a cargo del coro romero de Baena, que en todo momento amenizaba el desfile procesional cantando sevillanas a la Virgen de la Cabeza.
Una bonita estampa la que se vivió cuando los abanderados de las cofradías de Baena y Andújar, tremolaban las banderas, una seña histórica e identificativa de la Romería abrileña, en la que la gente rompió en aplausos ante tan espectácular muestra de hermandad y cultura de todos los pueblos que veneran a la Santísima Virgen de la Cabeza.
El desfile discurría por las calles del pueblo y la Imagen de la Morenita se enseñoreaba ante la atenta mirada de sus fieles, que esperaban pacientemente uno de los momentos más emotivos de la procesión. En la fachada de la casa de un gran devoto, romero y peregrino: Carlos Bernal, se había preparado un hermoso altar con una bella Imagen de la Morenita, talla dignísima de veneración, como todas aquellas que representan a la Santísima Madre de Dios, hasta tal punto, que todas y cada una de las cofradías inclinaban su estandarte ante Ella en señal de saludo.
Cuando la Imagen de la Morenita paró su procesionar para situarse frente al improvisado altar, el coro romero le cantó una sentida sevillana. Los vivas se sucedían una y otra vez, y los aplausos ante las dos imágenes alegraron el momento vivido.
La Morenita que se venera en el pueblo de Baena seguía el paseo por sus calles, acompañada y arropada por su pueblo, por sus fieles y sus cofradías. Un año más, la Cofradía filial de la Virgen de la Cabeza de Baena, volvió a cumplir el ritual de pregonar en su tierra, el amor que se le profesa a la Virgen serrana.