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Blog personal devocional y cultural
Andújar es eterna primavera, Abril de caminos floridos, la ciudad se engalana y es perfumada con fragancia de azahar y bañada de vientos serranos. Nos invita a caminar, a llenar las sendas de canciones, de vítores y palmas, de júbilo y de alegría; es así Andújar en primavera, abrazando a cuantas almas peregrinas llegan desde tan lejanas tierras marianas.
Quiero compartir estas fotografías que pertenecen al día de la Recepción de cofradías. Son estampas que llenan de vida. La misma celebración desde distintos ángulos te hace ver que cada año sientes una sensación diferente a los demás. Tantos años vividos y ninguno es igual, detalles que marcan la diferencia aunque hayas estado en ese lugar tantas veces. Tan solo hace falta dejarse llevar y sentir, respirar e impregnarte de romería.
Hoy en día, la Recepción de cofradías nos queda como un acto simbólico, rememorando lo que un día fue, y porque no, lo que nunca debió haberse perdido. Un número reducido de cofradías filiales del total que existen, hacen su entrada a la ciudad iliturgitana por el Puente Romano, siendo testigo las aguas del Guadalquivir que bordea Andújar.
En la antigüedad, se recibía a las cofradías filiales que provenían del sur por este mismo lugar, pernoctando en la ciudad y partiendo al día siguiente en peregrinación hasta el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza de Sierra Morena. Hoy perdida en el tiempo esa peregrinación, la recordamos con la Recepción de cofradías filiales el llamado Viernes de Romería. Se viven aún momentos emotivos, reencuentro de cofrades y viejas amistades, redobles de tambores y vistosas banderas.
Un espectáculo digno de ver, quien sabe si algún día resurja la idea de volver a peregrinar todas las cofradías filiales como así lo hicieran siempre desde tiempos inmemoriales, o como viene siendo desde hace tiempo, su declive. Hasta entonces, seguiremos disfrutando de este hermoso día.