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Blog personal devocional y cultural
Reina la quietud, y el silencio; todo se vuelve calma, soplan otros vientos, quizás vacíos, porque no nos susurran al oído cositas del camino. Todo se ha adormecido, a la espera de que cruja de nuevo el primer cohete que rompa en algarabía sobre el cielo de Andújar.
Diviso estrellas, noche templada, y adormecido... sueño: "Me adentro en los senderos abrileños de un pasado no muy lejano, donde cofradías hacían camino partiendo de sus lugares de origen, para llegar a tierras andujareñas, y partir en comitiva peregrinando por las sendas romeras de la Reina de los cielos. Hasta aquí, un singular atractivo de una fiesta mariana que no entiende de modas, siguiendo una tradición arraigada en cuantos corazones han latido al son del tambor. No crean que esos caminos andan perdidos, están a la espera de sentir las pisadas de hoy, sin dejar el reciente recuerdo del ayer. Falta encender la llama que se encuentra apagada en el corazón cofrade, cofrades de cuantos lugares peregrinan sobre ruedas al encuentro de la Señora. Quizás andemos perdidos en cuanto a criterio, el como hacerlo, o como volver al camino. Coger los senderos que nos esperan para volver caminar juntos, sin asfalto, sintiendo ese hondo camino surcado por el paso del tiempo... y de romeros y peregrinos. Hoy lanzo al viento la iniciativa de unir algo roto y dejado en el tiempo, quizás por las modernas comodidades de la época."
No hay constancia de que Andújar, fuente de la antiquísima devoción mariana de la Virgen de la Cabeza, Matríz de cuantas cofradías asisten a la famosa Romería de su Patrona, haya dejado de peregrinar en su forma tradicional al Santuario el último fin de semana de Abril.
Las cofradías filiales hacían su particular camino hasta llegar a la ciudad de Andújar, donde se unían todas juntas, para tomar el sendero que une la ciudad con el Santuario, y peregrinar en romería al encuentro de la Virgen de la Cabeza. Poco a poco, dejaron de hacerlo, por lo que el Viernes de Romería, donde se celebra la Recepción de cofradías va careciendo de sentido, y en los últimos años son muy pocas cofradías filiales las que asisten al acto, que a día de hoy se ha quedado como algo simbólico, en alusión de lo que un día fue.