Desde Andújar
Juan Antonio Rodriguez Ortega • 11 de julio de 2020
Y los fríos vientos de invierno de oscuros atardeceres
darán lugar a los cálidos días de primavera,
donde la Virgen Reina y Madre,
desde las alturas de Sierra Morena,
espera la llegada del glorioso Domingo abrileño.
El pensamiento acorta la distancia de estar de nuevo presente junto a tu imagen divina. Creciendo está el deseo de echar a caminar, apretando fuertemente la medalla sobre mi pecho, estar abrazado a mi gente, de llevarlos conmigo junto al corazón latente. Deshojando los días me acerco al sentir de mi tierra, de Andújar, del sentimiento mariano y centenario que lleva tatuada en cada una de sus calles, y que florecerán en azahares anunciando su Romería.
La devoción a la Virgen de la Cabeza es tan universal que es difícil resumirla en frases, libros, carteles o estampas. Hablar de la Virgen de la Cabeza es mucho más, hay que vivirlo, sentirlo y compartirlo. Andújar no solo es un laberinto de calles y avenidas dentro de una porción de tierra… es un corazón latente dentro de este mundo, con una rica cultura, tradición, y estilo de vida. Andújar se ofrece al mundo a través de su imagen protectora, de su Virgen Morena; conecta con el resto del mundo a través de su tradición más sentida, y en cada pueblo donde existe amor, devoción y culto a la Virgen de la Cabeza hay un trocito de Andújar… de mi tierra, tu tierra... nuestra tierra.